Hoy, 27 de abril, celebramos el Día Internacional del Diseño, que este año lleva por lema una propuesta tan desafiante como inspiradora: el «Optimismo Descabellado» («outlandish optimism»). Desde la Asociación Andaluza de Diseñadores queremos aprovechar esta jornada para reflexionar sobre cómo esta forma radical y esperanzadora de entender el diseño puede influir positivamente en nuestro trabajo cotidiano, y cómo desde Andalucía tenemos mucho que aportar desde nuestro carácter inherentemente optimista, vitalista y creativo.
El optimismo descabellado es, ante todo, una invitación a romper con el pesimismo imperante en tiempos difíciles, a imaginar futuros alternativos desde una actitud propositiva y comprometida. No es ingenuidad ni evasión, sino una estrategia consciente y transformadora. Pero, ¿cómo podemos los diseñadores profesionales aplicar este optimismo radical desde nuestro oficio? Aquí te dejamos cinco claves muy concretas para que este optimismo forme parte activa de tu práctica profesional.
1. Diseña desde la generosidad: comparte lo que sabes
El diseño no solo transforma espacios, objetos o gráficos; también transforma comunidades. Desde Andalucía, donde la hospitalidad es una seña de identidad, te invitamos a hacer de la generosidad un principio esencial de tu oficio. Comparte tus procesos creativos, fomenta espacios abiertos para la colaboración profesional y transfiere tus aprendizajes sin miedo a perder ventaja competitiva. Una mentalidad abierta y cooperativa es, en sí misma, un gesto radical de optimismo, pues implica creer que el éxito profesional es algo que se multiplica cuando se comparte.
2. Crea desde la conciencia de la abundancia
Los andaluces sabemos bien que, aun en tierras aparentemente difíciles, siempre existe la posibilidad de florecer. Traslada esta actitud resiliente a tu trabajo diario. Frente a la narrativa que nos dice constantemente que no hay suficiente, diseña desde la conciencia profunda de que nuestro problema no es la escasez, sino la distribución. Fomenta proyectos que aprovechen inteligentemente los recursos locales, recupera lo artesanal, cuida la materialidad cercana y auténtica, y asume que ya tenemos lo necesario para crear soluciones sorprendentes. La abundancia creativa se revela cuando trabajamos desde la suficiencia, no desde el exceso.
3. Defiende la belleza como acto de resistencia
La belleza nunca ha sido superficial, sino la expresión genuina de alegría y resistencia incluso en circunstancias adversas. Defiende esta concepción en tu trabajo profesional, sin caer en la trampa de considerar la belleza algo superfluo o prescindible. Haz del diseño bello un acto consciente de resistencia optimista frente a la uniformidad, el pesimismo o la frialdad funcionalista. Crear deliberadamente trabajos capaces de inspirar alegría y conexión emocional es una posición ética que transforma el entorno y promueve un optimismo contagioso.
4. Usa narrativas positivas para imaginar futuros alternativos
Aprovecha conscientemente el poder del storytelling en tu práctica profesional para plantear futuros deseables, realistas y radicalmente optimistas. Rechaza la narrativa catastrofista y asume tu responsabilidad como creador para imaginar escenarios alternativos, positivos, y creíbles, poniendo tu capacidad creativa al servicio de la esperanza y de la transformación estratégica real.
5. Cultiva relaciones profesionales basadas en la confianza y el entusiasmo
La forma en que nos relacionamos en el trabajo influye poderosamente en los resultados que obtenemos. Desde una perspectiva optimista y profundamente nuestra, impulsa entornos profesionales basados en la confianza mutua, el respeto por el trabajo ajeno y la alegría compartida por los éxitos colectivos. Rompe conscientemente con dinámicas defensivas o competitivas estériles. Sé tú quien tome la iniciativa de crear contextos laborales positivos, generosos y colaborativos que faciliten la creatividad compartida y la excelencia profesional.
El Consejo Internacional del Diseño
Este año, la celebración del Día Internacional del Diseño (IDD2025), impulsada por el Consejo Internacional del Diseño (ICoD) y organizada por la Asociación de Diseñadores Gráficos Polacos (STGU), nos invita a cuestionar las narrativas pesimistas predominantes y apostar decididamente por imaginar futuros alternativos y positivos. Nos plantean reconsiderar nuestra manera de crear, superar los límites impuestos por la escasez y abrazar la realidad de que el planeta tiene recursos suficientes para todos; lo que debe cambiar es cómo los usamos y cómo los distribuimos.
Este enfoque radicalmente optimista, según el ICoD, no es solo una actitud frente a la vida, sino también una poderosa metodología profesional para generar cambios reales. El optimismo no es automático: es una elección consciente, una habilidad profesional a cultivar, que nos impulsa a romper con el cinismo y a activar la creatividad.
El cartel de este año, de la diseñadora ucraniana Olena Tverdokhlib, materializa este optimismo radical de forma conmovedora. Contemplando la realidad que atraviesa su país, el diseño presenta flores que emergen en medio de un contexto oscuro, simbolizando la resiliencia, la esperanza y la capacidad de encontrar belleza en situaciones difíciles. Sus ojos estilizados, además, nos invitan a cambiar la perspectiva, a focalizar nuestra mirada creativa hacia las oportunidades y la luz que pueden existir incluso en tiempos complejos.
Nuestra profesión posee la extraordinaria capacidad de transformar percepciones, crear narrativas alternativas y abrir espacios de optimismo donde otros solo ven desesperanza.
Desde la aad creemos firmemente en esta propuesta. El optimismo descabellado no es una simple consigna, sino una práctica profesional comprometida, consciente, profundamente transformadora y necesaria. Hoy más que nunca, necesitamos diseñar desde la esperanza activa, el idealismo comprometido y la alegría radicalmente creativa que define nuestra identidad como diseñadores, como andaluces, y como seres humanos.