En el mundo de la creatividad existen personalidades arrolladoras, nombres propios cuya simple mención ya asombra a los pertenecientes a un sector como el nuestro. Stefan Sagmeister lleva decenios predicando su propia filosofía profesional y sentando cátedra cada vez que deja que sus diseños hablen por él. Podéis revisar su historial en cualquier página web (empezando por la suya), es imposible resumirlo en esta introducción. Tal es su prestigio que el terremoto que generó el anuncio de su participación en Málaga, en la próxima edición del Festival Moments de dentro de un par de semanas, se sintió en todo el país. En la aad vamos a seguir muy de cerca dicha visita y hemos conseguido que antes de que haga la maleta para la que va a ser su primera visita a Andalucía responda a algunas preguntas en esta entrevista exclusiva. ¡Tomad nota de lo que dice!
Dijiste en una ocasión que la tecnología ha convertido la distancia en una ventaja antes que en una desventaja a la hora de poder trabajar (diseñar) desde cualquier lugar. ¿Crees que el nuevo sistema de teletrabajo propiciado por la pandemia beneficia o perjudica al diseñador?
Ahora mismo apostaría que la mayoría de los diseñadores lo considerarían un beneficio, incluida mi novia, que, a pesar de trabajar para una gran empresa, está pasando tiempo conmigo en México, donde ambos trabajamos con diligencia pero también disfrutamos de las tardes en un nuevo entorno. De cara al futuro, la cosa no está tan clara: ¿Caerán los sueldos porque los empresarios ricos descubrirán cómo contratar a talentos baratos que viven en países con costes de vida mucho más bajos? ¿Bajará la calidad porque no intercambiaremos ideas en persona?
La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad estructural para todos los sectores profesionales. ¿Cómo crees que el diseño puede contribuir a hacer este mundo más sostenible?
Una estrategia infrautilizada es simplemente crear más cosas bonitas. Las cosas bellas tienden a repararse en lugar de tirarse. Un ejemplo famoso podría ser el edificio más sostenible de todos los tiempos: El Panteón de Roma. Lleva más de 2.000 años en uso continuo. Menos famosa, pero más importante para mí, es una preciosa cartera de cuero que me regalaron hace 35 años y que todavía uso a diario.
Buena parte de tu carrera como diseñador ha estado ligada a la música, que es uno de los sectores cuya distribución ha cambiado más con las nuevas tecnologías. ¿Cómo prevés el futuro del diseño aplicado a la música? ¿El futuro está en el vídeo, quizás en el arte digital?
Desde que el CD cayó en desgracia a principios de los 2000 ha habido muchos intentos de sustituir la portada del disco por algún tipo de archivo animado, hasta ahora con muy poco éxito. Esto ha generado una situación terrible no sólo para los diseñadores, sino especialmente para los músicos. Ellos ya no sólo no cobran por su música grabada, sino que incluso cuando tocan en directo en su propia ciudad es posible que no reconozcan sus caras ni sus nombres aunque su canción esté en una lista de reproducción muy popular.
Nos gustaría saber tu opinión sobre la revolución de las NFT aplicada al mundo del arte. ¿Crees que han llegado para quedarse?
Siempre he sido previsiblemente terrible para predecir el futuro. Una vez dicho esto, diría: No.
Reivindicas la recuperación de la belleza como una necesidad tan importante como la funcionalidad en nuestro trabajo como diseñadores. ¿En qué punto crees que estamos ahora? ¿Crees que la búsqueda de la belleza tiene que ver con la intención del diseñador de crear su propio sello, su propia forma de diseñar?
Cuando creamos la gran exposición sobre la belleza con el libro de Phaidon que la acompañaba, éramos de los pocos en el diseño que cantaban sus alabanzas. Desde entonces se han sumado más voces importantes: Jaques Herzog (de Herzog De Meuron) y Renzo Piano declararon la importancia de la belleza en la arquitectura; de hecho, el año pasado se celebró toda una conferencia y simposio de arquitectura bajo el título de «Belleza». Los edificios más famosos y feos de Nueva York -la estación Penn y el aeropuerto de LaGuardia- se han revitalizado y se les ha inyectado belleza (no la suficiente, por supuesto). Creo que estamos en el buen camino.
Tu forma de entender el concepto de «año sabático» como parte del trabajo es muy interesante. ¿Crees que es algo que hay que planificar con detalle y antelación?
Sí. Yo mismo realizo un año sabático de este tipo cada siete años y durante esos años hago listas de cosas que me interesan. Cuando se acerca el año sabático, miro esa lista, sopeso los temas según su importancia y los divido en sesiones horarias en un plan semanal: Las cosas importantes reciben hasta 5 horas semanales, las menos importantes 1 hora. Esto ha funcionado muy bien y a los 3-4 meses del año sabático tengo tantos proyectos en marcha que puedo olvidarme del plan.